¿Por qué vibra el volante?

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¿Por qué vibra el volante de tu vehículo?
¿Por qué vibra el volante de tu vehículo?
El volante es uno de los elementos más importantes de tu vehículo. Con él diriges tu vehículo y por ello es de vital importancia que el funcionamiento de la dirección sea óptimo. Frecuentemente podemos notar vibraciones en el volante, que en ocasiones resultan incómodas para el conductor y en otras pueden incluso llegar a suponer un problema.

¿Por qué vibra el volante? Esa es una pregunta bastante frecuente a la que vamos a intenta dar repuesa en Usados Multimarca Caribe Motor revisando las principales causas de las vibraciones y viendo las formas de proceder en cada caso. En este artículo nos centraremos en el volante con el vehículo en movimiento, por ser las más habituales y tener orígenes más diversos y complicados.




 El estado de los neumáticos y su equilibrado
Cuando vibra el volante, el origen de esas molestas vibraciones suele estar, en la mayoría de ocasiones, relacionado con los propios neumáticos. Cabe destacar que el neumático es otro de los puntos claves del vehículo porque es tu único punto de contacto con el suelo.

Si nuestro vehículo tiene neumáticos con desgastes desiguales en el eje delantero o algún defecto derivado del paso del tiempo, largos periodos de inactividad, mal almacenaje o defectos de fabricación (relativamente frecuente en neumáticos de bajo coste) notaremos desagradables movimientos parásitos en el volante. Uno de los problemas que suelen surgir cuando no se usa el vehículo durante un largo periodo es que los neumáticos se deformen en su banda de rodadura. Este defecto se suele manifestar en vibraciones o movimientos en la dirección a velocidades de entre 5 y 40 km/h.

En tal caso, lo recomendable es comprobar las presiones y estado de nuestros neumáticos y en caso de ser necesario, sustituirlos. Este tipo de defecto suele notarse como una vibración rítmica que aumenta poco a poco con la velocidad del coche. Este rítmico “bamboleo” también se produce por una llanta abollada o alabeada.

El desequilibrado de los neumáticos es otro de los factores frecuentes por los que nos puede vibrar el volante del coche. Si el volante vibra sólo a una velocidad determinada (por ejemplo a 100km/h) o en un determinado rango de velocidades, posiblemente el origen del problema sean unos neumáticos desequilibrados.

Muchas veces notaremos estas vibraciones después de cambiar las ruedas o incluso al estrenar coche nuevo. Si en la factoría o en el taller no han equilibrado correctamente los neumáticos o se ha desprendido alguno de los contrapesos, es normal que se noten las vibraciones. La solución es sencilla y económica : equilibrar nuevamente los neumáticos. Tampoco sería la primera vez que el único motivo de las vibraciones son unos tornillos de llanta mal apretados, cuyo par de apriete debería estar entre 100 y 140 Nm aproximadamente.

Dirección desalineada y geometría de la suspensión
Otro de los motivos frecuentes por los que pueden aparecer vibraciones en el volante mientras circulas es el de circular con la dirección desalineada o con una geometría de la suspensión inadecuada. Todos los vehículos tienen que respetar unas cotas determinadas por los fabricantes para que el neumático pise el suelo de forma óptima. Si nuestra dirección está desalineada o los elementos de suspensión no están perfectamente ajustados puede darse un desgaste prematuro de los neumáticos, un aumento del consumo, un peor comportamiento dinámico del vehículo y las dichosas vibraciones en el volante.

La solución para este problema pasa por una visita al taller, sí o sí. Son necesarios elementos de precisión e información técnica para poder ajustar convenientemente las cotas de la suspensión y de la dirección.

Discos de freno en mal estado
Si el volante vibra cuando frenas, el origen casi siempre está en los frenos. En tal caso lo más probable es que los discos de freno delanteros estén alabeados o deformados. Al no estar completamente planos transmiten molestas vibraciones al volante y a los pedales y disminuyen enormemente la eficacia de la frenada.

El alabeo de los frenos puede producirse por un uso muy exigente de los mismos, cambios bruscos de temperatura (por ejemplo pasar un gran charco tras una frenada intensa) o por el propio desgaste de discos y pastillas. En este caso la solución pasa por rectificar los discos de freno o sustituirlos por unos nuevos. Normalmente lo segundo es lo más adecuado por coste y garantías. Siempre que se ponen discos de freno nuevo se deberían cambiar al mismo tiempo las pastillas de freno ya que las viejas pastillas están “viciadas” con el desgaste del anterior disco.

Silentblocks
Los silentblocks son tacos de goma que unen distintas piezas metálicas y cuya función es evitar ruidos, desgastes y amortiguar vibraciones. Si estos se deterioran acaban cogiendo holguras que pueden traducirse en vibraciones en el volante.

Si estas holguras tienen lugar en los brazos de la suspensión o de la dirección, es probable que el vehículo también pierda la geometría óptima de la suspensión, lo que nuevamente se puede traducir en más vibraciones. Los problemas de silentblocks van siempre a más y conviene sustituirlos por confort y seguridad. Hay que tener en cuenta que unos silentblocks en mal estado acortarán considerablemente la vida de los neumáticos, por lo que a la larga, cuanto antes abordemos la reparación más ahorraremos.

Juntas homocinéticas
Las juntas homocinéticas de nuestros coches unen los palieres con sus extremos. Su función es transmitir el giro del motor a las ruedas permitiendo que la suspensión y la dirección trabajen adecuadamente.

Si nuestro vehículo acumula muchos kilómetros es posible que las homocinéticas acumulen cierto desgaste. Es frecuente que los fuelles o guardapolvos de estas, al ser de goma, con el tiempo se deterioren y se rajen, dando lugar a las pérdidas de grasa que lubrican las homocinéticas. Al perder la grasa, el mayor rozamiento hará que las temperaturas aumenten y los desgastes se incrementen, dando lugar a ruidos y vibraciones, además de roturas de la junta homocinética que ponen en riesgo nuestra seguridad si se dan mientras circulamos. Un síntoma claro de desgaste son ruidos metálicos, sobre todo a baja velocidad, saliendo desde parado y en giros cerrados.

Rodamientos y cubos de rueda
Un rodamiento o un conjunto de cubo-rodamiento en mal estado puede ser origen de molestas vibraciones en el volante. Son más difíciles de detectar porque pueden aparecer y desaparecer a lo largo de un recorrido de prueba. Por ejemplo a veces aparecen al frenar y nos pueden hacer creer que el origen son los discos o pastillas de freno. En ocasiones vienen acompañadas de un zumbido que aparece y desaparece según las condiciones de la marcha (curvas, frenado, etcétera).

La solución es cambiar el rodamiento o el cubo, prestando atención si durante el montaje-desmontaje se ha dañado también el montante o eje. De hecho, estas vibraciones aparecen en ocasiones tras una reparación, debido a un mal montaje de los rodamientos o cubos.

Amortiguadores
Los amortiguadores en mal estado afectan en gran medida a la conducción y a la duración de otros elementos del vehículo, principalmente al desgaste de los neumáticos y en menor medida al de silentblocks. Cuando haya vibraciones y se determine que la causa son los neumáticos o silentblocks, conviene comprobar si los amortiguadores, copelas y demás sujeciones están en buen estado ya que podríamos enmascarar el verdadero origen del problema.

Los amortiguadores deben cambiarse obligatoriamente a la vez en el mismo eje, siendo recomendable sustituir los cuatro a la vez para un mejor equilibrio del coche.

En un vehículo hay cientos de piezas y mecanismos, por ese motivo, puede haber más razones por las que tu vehículo acuse vibraciones en el volante, como por ejemplo una caja de dirección con holguras y un sinfín de piezas y tornillos mal apretados o deteriorados. Mantener la dirección (y suspensión) de nuestro coche en buen estado es importantísimo. De esta forma conservaremos el confort de marcha original del coche, su comportamiento dinámico y sobre todo, la seguridad.

Problemas derivados de una vibración del volante excesiva
Si no se arregla la avería que causa las vibraciones, pueden acabar apareciendo otros problemas derivados. Someter el vehículo a estas vibraciones durante un tiempo prolongado causará el desgaste o desajuste de otras piezas importantes. Por ejemplo, unos neumáticos desequilibrados podrían causar el deterioro prematuro de los silentblocks.

El sistema de la dirección es uno de los que más puede llegar a sufrir. Las vibraciones se transmiten hasta el volante siguiendo el camino de los terminales, la caja y la barra de la dirección. Así que lo que se nota en el volante lo están recibiendo también todos estos elementos.

Otros elementos que también sufren por las vibraciones son precisamente los mismos que pueden causarlas y que hemos ido mencionando a lo largo del artículo. Un desajuste en cualquiera de las partes del tren de rodaje afectará con sus vibraciones a todos los elementos por los que se pueda propagar dicha vibración.Como ejemplo, podemos poner de nuevo los neumáticos desequilibrados. Esto afectará a los silentblocks, pero también puede llegar a crear problemas en los rodamientos o en las juntas homocinéticas que también pueden recibir parte de las vibraciones.

Además, el problema de tener vibraciones en el volante no es una mera cuestión de incomodidad. Pueden ser el síntoma de problemas que afectan a la capacidad dinámica del vehículo. Especialmente cuando son producidas por el desalineamiento de la dirección o la geometría de la suspensión. Si estos valores se salen de los marcados por el fabricante tu vehículo se comportará peor en maniobras de esquiva u otros movimientos importantes para la seguridad.

Tomado de: www.actualidadmotor.com/por-que-vibra-el-volante-las-cinco-razones-principales
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